Una vez acabada la guerra civil
española, el futbol canario vuelve a resurgir con la fundación o refundación de
numerosos clubs, no obstante la dificultad de la situación social de la época
hacia que estos clubs tuvieran una vida muy corta incluso no llegando a poder
competir en competiciones oficiales haciendo que se produzca el inicio de
competiciones o torneos al margen de la Federación, debido a esta situación y
siendo consciente del peligro que eso podría ocasionarle, en enero de 1945, la
Federación Canaria de Fútbol constituye oficialmente la Delegación para Clubs
Adheridos, creando así una competición semioficial pero controlada por ella
misma.